Por la mañana Juan amaneció descompuesto. Suerte que Rocío trabaja en el hospital!! Enseguida le compró una botella de suero, pero aquí con olor y sabor a coco. Juan estaba más o menos bién pero no perdonó la cita para ir a la playa por primera vez (nos levantamos a las 4:30 A.M.!!!). Así que fuimos andando con Germán (2'5km) y solo nos bañamos Germán y yo, porque Juan C. todavía no estaba bien.
La playa aquí es movida porque justo desemboca el río Rancheria en Riohacha, y dicen que solo es calmado por la mañana, pero justo el día que hemos ido no, y el agua no estaba tan caliente como yo esperaba, ya que es el Caribe.
Y Juan se encontró peor a la vuelta y no pudo almorzar lo que preparó Belkis para recibir a Fernando.
Fernando es un arquitecto de Medellín, una ciudad del centro de Colombia, que nos colaborará con la parte de normativa del país para construir, papeleo y diseño del proyecto, junto a Eduardo en España.
Con él hicimos el mismo recorrido que el día anterior (San Judas, solar y escuela Esperanza Salvación). Y a la noche volvimos a hacer la reunión de rigor, como casi cada tarde, en el porche de Rocío.
Allí estuvimos revisando las escrituras del solar, la normativa y la documentación para el proyecto.